domingo, 12 de enero de 2020

JUAN SARABIA II.

II. DESCRIPCIÓN ETNOGRÁFICA 


La realización del trabajo de campo, nos ayudó conocer las distintas condiciones en las que viven los pobladores de Juan Sarabia. A partir de esto, se consideró indispensable la elaboración de una descripción y análisis etnográfico, para lograr una comprensión del impacto que tienen en la vida diaria.
Para entrar a la comunidad, existen únicamente dos combis que dan el servicio: la #16 y #17. Para viajar desde Chetumal, es necesario trasladarse al paradero que está enfrente de la biblioteca Rojo Gómez, sobre la Av. Miguel Hidalgo con esquina Av. Primo de Verdad; y el tiempo del viaje es de aproximadamente 30 minutos. Las combis cuando entran al pueblo conducen por varias calles y van sonando el claxon, esto lo implementan los choferes como señal de aviso para la población que está esperando el medio de transporte y va levantando pasaje, hasta llenarse nuevamente.
Si se desea ir en otro horario al establecido, se puede viajar en las otras combis que van a las comunidades cercanas, aunque estas no entran al pueblo, pero si hacen una parada en el crucero, que se ubica justo enfrente del Tecnológico de la Zona Maya, sobre la carretera federal #186.
 
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019, Juan Sarabia)
Es importante señalar que existen unas oficinas sobre la carretera federal a unos 50 metros de distancia del Tecnológico, se identifican fácilmente porque en letras grandes tiene pintado lo siguiente: “EJIDO JUAN SARABIA”. Son oficinas de las autoridades ejidales, es atendido por una secretaria, quien explicó que el cambio de comisariado esta próximo, por lo cual las autoridades casi no se encuentran en las oficinas.
Fotografía de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz (2019, Juan Sarabia)
Enfocándonos en el acceso al pueblo, existe una desviación enfrente del Tecnológico, y se llama “Ramal a Juan Sarabia”. Su recorrido es de aproximadamente 20 minutos caminando. Varias personas realizan el trayecto en sus vehículos particulares y otros en motocicleta, pero sin usar casco como medida de seguridad, incluso se observó que viajaban de 2 a 3 personas en la misma moto. Esta desviación que conecta al pueblo con la carretera federal, esta pavimentada sin baches y rodeada por una variedad de vegetación, fue constante la presencia de botellas de cerveza tiradas por todo el camino. Cuando el clima es lluvioso, quienes ingresan o salen de Juan Sarabia en vehículo, ayudan a quienes están caminando sobre la desviación y los llevan hasta el pueblo o al crucero.
También se observó que únicamente hay un espacio desmontado, el cual es el basurero del pueblo, que se ubica aproximadamente a la mitad del recorrido de la desviación. En él se observó principalmente una gran cantidad de botellas de vidrio y plástico, bolsas de pañales, sillas de plástico, costales y en menor medida cartón, algunos desperdicios de alimentos y para trasladar la basura a este sitio, utilizan una camioneta negra. En referencia a esto, algunos pobladores explicaron que no todos los desechos alimenticios terminan en el basurero, porque utilizan la mayoría para abonos y las hojas de los arboles las juntan en sus patios para quemarlas. La quema de hojas, es una actividad normal en el pueblo, por lo mismo no genera problemas entre vecinos.
 
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019, Juan Sarabia)
La avenida principal del pueblo que lo divide exactamente a la mitad, es la continuación de “Ramal a Juan Sarabia” y es la única pavimentada, las otras calles horizontales y verticales son de terracería, en todas ellas fue común ver botellas de cerveza tiradas. Durante nuestra estancia, nos percatamos que varias de las calles estaban escarbadas horizontalmente. Preguntando a pobladores y autoridades, nos informaron que se estaba realizando el cambio de tuberías de agua, las cuales ya tenían más de 50 años. También, fue común ver andar libremente entre las calles a diferentes animales: pavos, gallinas, borregos, caballo y perros; realizando sus necesidades de alimentación y defecación.
 
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019, Juan Sarabia)
Un elemento importante, que se aprecia a primera vista en Juan Sarabia es la variedad de construcción de los hogares. Hay casas de concreto, bloques con y sin barda. Otras son de madera con techo de teja o aluminio. En menor cantidad, se encuentran las casas de bajareque con techo de huano. Todas en conjunto poseen una diversidad de colores, dimensiones, formas e incluso, hay de uno a dos pisos de altura. Es habitual, en las casas de mayor extensión encontrar mínimo 2 vehículos, entre ellos siempre hay una camioneta. De acuerdo a testimonio de los habitantes, son generalmente las familias que tienen una posición económica privilegiada. Asimismo, fue frecuente ver que las bardas de los hogares, al mismo tiempo, eran utilizados como espacios de anuncios, con pintura escriben los nombres de los productos o servicios que ofrecen los habitantes; por ejemplo, venta de alimentos, arreglo de ropa (sastrería), etc. Aquellos, que tienen enrejado en lugar de barda, recurrieron al uso de cartulinas o lonas para realizar sus letreros.
 
Fotografía de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz (2019, Juan Sarabia)
A diferencia de Uh May, los habitantes de Juan Sarabia no mantienen sus puertas y ventanas abiertas, sin embargo, es frecuente escuchar a volumen alto música de distintos géneros (banda, 80s, danzones y rancheras) y programas de televisión, siendo estos los indicadores para identificar que había personas en los hogares. Por otro lado, también se logró distinguir las casas abandonas, están vacías, presentan deterioros considerables en su infraestructura, como puertas y ventanas rotas, sus patios están llenos de monte y con basura.
 
Fotografía de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz (2019, Juan Sarabia)

De igual modo, fue constante ver afuera en los patios de las casas: herramientas, madera, material de construcción como polvo, graba, piedras, cabillas y cemento. Adicional a ello, maquinaria pesada y de transporte, como tractores, volquetes y tráileres.
Enfocándonos en los servicios públicos, la electricidad llega a todos los hogares, pero el alumbrado público no, porque hay calles que, al caer la noche, quedan totalmente oscuras. Nos explicaron que en varias ocasiones han solicitado a las autoridades, que les resuelvan este problema, pero tardan en obtener una respuesta, generalmente más de cuatro meses. Por lo cual, han decidido varios de los habitantes, pagar de su propio dinero a alguien para que les repare las lámparas, siendo el gasto de mínimo 400 pesos. También, nos explicaron que, en las noches, únicamente salen de sus casas si requieren algún producto de la tienda o para realizar alguna diligencia urgente, pero lo evitan en su mayoría, porque se exponen en mayor porcentaje a alguna caída, al ser las calles de terracería y sin alumbrado, esto sobre todo en temporada de lluvias, cuando se forman estancamientos de agua.
Con respecto al servicio de agua, todos los hogares cuentan con él, sin embargo, varios testimonios nos informaron que lo tienen de manera limita, es decir, solo unas cuantas horas al día; el motivo por el que ocurre esto, lo desconocen y aunque han pedido explicaciones al subdelegado no se las ha dado.
La red telefónica está disponible para toda la población, hay buena recepción para celulares y en algunas familias cuentan con teléfono de casa y televisión por cable. Sin embargo, una problemática que expusieron constantemente, fue la ausencia de un buen servicio de drenaje y alcantarillado, no todos los hogares cuentan con él y cuando llueve varias calles se inundan o se forman grandes charcos. Para evitar esto, en su avenida principal realizaron a los costados perforaciones con cierta profundidad, que permite la filtración del agua hacia la tierra, para que sea absorbida.
Cuentan con despachador de agua potable, que se ubica en la calle General Francisco Villa, en el pueden rellenar sus garrafones. El local tiene una lona en donde se lee el nombre de “La Rejollada” en letras azul claro, también tiene el dibujo de dos garrafones destapados expulsando agua a presión con burbujas. En referencia a su estructura, es un cuarto de cemento, pintado de color amarillo con un marco a las orillas de lozas pequeñas en azul marino y una puerta corrediza de vidrio con un marco de aluminio. Generalmente se observa a las personas, trasladar sus garrafones de agua en carro y motocicleta.
 
Fotografía de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz (2019, Juan Sarabia)

Existen tres tiendas comunitarias, las cuales se ubican en puntos estratégicos del pueblo para que toda la población tenga acceso a ellas. En ellas es frecuente ver la venta de maíz por kilo o por costal. Los precios de los productos son por lo general más económicos, comparados con las tiendas de abarrotes.  Su construcción es de concreto y siempre se identifican porque tiene un letrero que dice: “DICONSA. Tienda comunitaria”. Se localizan en la Av. Juan Sarabia, en la calle Álvaro Obregón con calle Vicente Guerrero y en frente de la escuela primaria. El transitar de las personas a estas tiendas es constante, los adultos son quienes recurren a ellas para la compra de los alimentos de la despensa, pero los niños y niñas adquieren mayormente dulces, sabritas, jugos, saborines o refrescos. Sobre la Álvaro Obregón, se localiza la única tienda del pueblo que vende zapatos y bolsos para damas, tiene una lona de plástico en la cual promociona lo que vende y se encuentra abierta desde la mañana.
 
Fotografía de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz (2019, Juan Sarabia)

Un elemento importante para la población de Juan Sarabia, son las 2 bocinas informativas que se encuentran sobre la avenida principal del pueblo. Están instaladas en el techo de una casa de concreto de color blanco, rodeada de 9 palmeras y a un costado de la telesecundaria. Son utilizadas exclusivamente para dar aviso sobre reuniones o entregas de apoyos, no anuncian venta de alimentos como fue el caso de Uh-May.
Fotografía de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz (2019, Juan Sarabia)
Enfocándonos en los servicios educativos, la localidad cuenta con el Jardín de Niños “Bertha Von Glumerla” y se ubica a unos cuantos metros de la casa ejidal. A nivel infraestructural cuenta con tres salones pintados de blanco y con orillas en rojo, su entrada principal es una reja de colores: rosado, azul, amarillo, morado, rojo, verde y azul cielo. Las instalaciones están resguardadas por bardas de concreto y mallas hexagonales de aluminio; y únicamente existe el turno matutino.

Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019, Juan Sarabia)
La escuela primaria “Paulino G. Navarro” se localiza sobre la calle Venustiano Carranza, a un costado de la biblioteca “Jorge Acevedo Marín”. Sus instalaciones están protegidas por mallas de herrería de color blanco. Los salones son 7, de concreto y pintados en color anaranjado con blanco. Tiene una plaza cívica principal, áreas verdes y un desayunador, el cual se diferencia, porque está construido con madera y techo de láminas rojas con tejas; en la entrada de este espacio se lee “Desayunador Escolar: Niños Felices” y las clases únicamente se imparten en la mañana. Es común ver en su entrada principal y a un costado de los salones a dos mujeres acomodar una mesa de plástico, sobre la cual colocan diversos productos como: paletas, chocolates, mazapanes, fruta y verdura picada y una nevera con jugos o refrescos, para vender a los niños y niñas durante el recreo y a la hora de la salida.

Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019, Juan Sarabia)
La escuela telesecundaria se llama “Las Américas” y se localiza sobre la avenida principal, exactamente en frente de la cancha de futbol del poblado. Está rodeada de forma intercalada con bardas de concreto en color anaranjado y mallas de herrería en color blanco. Las áreas verdes que se observan en el interior de la telesecundaria, cuentan con una diversa vegetación, como árboles y palmeras. También hay una plaza cívica, una cancha de voleibol y únicamente imparten clases de este nivel por la mañana y finalizan entre la 1:30 p.m y 2:00 p.m. Estas mismas instalaciones, son utilizadas para dar clases a los alumnos de nivel medio superior, por ello en las tardes se convierte en “Tele-bachillerato Comunitario Juan Sarabia” y las clases inician entre las 2:00 p.m. o 2:30 p.m.

Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019, Juan Sarabia)

A nivel superior, el ejido de Juan Sarabia cuenta con el Instituto Tecnológico de la Zona Maya, el cual se localiza a las afueras del pueblo, sobre la carretera federal 186. Su construcción es de concreto, está rodeada por una barda del mismo material peo en color blanco. En la entrada principal se encuentran unas rejas en color blanco, una caseta en donde siempre hay algún personal de vigilancia. Cuenta con un estacionamiento que abarca toda la fachada y algunos edificios de dos niveles de alto. La oferta educativa consiste en: Maestría en Agro ecosistemas sostenibles, Ingeniería en Agronomía, Ingeniería en Gestión Empresarial, Ingeniería Forestal e Ingeniería en Informática.
 
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019, Juan Sarabia)
Con respecto a los servicios de salud, la comunidad cuenta únicamente con un centro de atención médica, el cual se localiza sobre la avenida principal de pueblo. Es atendido por una doctora de lunes a viernes, en un horario de 8:30 de la mañana a 2:00 de la tarde. Nos explicaron que la atención se da por medio de citas agendadas y si en algún momento la doctora no se encuentra, quien se encarga de dar consulta a los pacientes en la enfermera en turno. Sin embargo, si tienen ciertos limitantes, algunas personas explicaron que cuando no alcanzan cita, se ven en la necesidad de viajar a la ciudad de Chetumal o a algún otro centro cercano, para poder recibir el servicio médico.
 
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019, Juan Sarabia)
La Casa Ejidal, se encuentra sobre la calle Venustiano Carranza, se observa un deterioro en su estructura, pintura que se está desprendiendo por la resequedad que ocasiona el sol. En la orilla del techo de encuentra la frase: “Casa Ejidal Juan Sarabia” manchada a causa del agua que escurre cuando llueve y la puerta es de madera, asegurada con una cadena y candado. Durante el trabajo de campo, todo el tiempo estuvo cerrada y varios habitantes nos explicaron que siempre se encuentra así.
 
Fotografía de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz (2019, Juan Sarabia)
La biblioteca ejidal “Juan Acevedo Marín” esta desmantelada, puertas y ventanas todo el tiempo abiertas y se observa deterioro y abandono en sus instalaciones, como se mencionó en páginas anteriores, la situación de este espacio público permanece así desde hace 12 años aproximadamente. Buscando fotografías antiguas, en google maps, encontramos que en el año 2012 la fachada de la biblioteca estaba pintada de color verde claro y en letras negras decía: Exposición Santa Lucía “Caobera y Chiclera” y encima un letrero pequeño con la palabra: Carpintería y se aprecias las letras SCQ.

Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019, Juan Sarabia)

Juan Sarabia cuenta con varios espacios públicos para realizar actividades deportivas, entre ellos, un campo de futbol, que se encuentra ubicado en frente de la telesecundaria y tiene unas gradas de concreto para que las personas se sienten. Abarca exactamente una manzana, por las mañanas es común ver a los caballos comer el pasto en esta área y algunas personas lo atraviesan caminando o en motocicleta para llegar a las casas cercanas. A un costado se encuentra, la cancha de basquetbol, la cual esta descuidada, no tiene pintura, sin canastas y a un costado de ella, es fácil visualizar la torre de agua del pueblo. Ninguna de estas canchas tiene alumbrado público, por lo cual si llegan a ser utilizadas tienen que ser durante el día.
 
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019, Juan Sarabia)
Existe un parque a una cuadra del balneario “El arroyito”, el cual tampoco recibe mantenimiento, porque la pintura en su mayoría se está desprendiendo en escamas y tiene manchas de humedad en las bancas, las personas no visitan este espacio, porque esta descuidado, no tiene juegos infantiles y tampoco alumbrado, por lo mismo, no lo consideran adecuado para los niños y niñas.
 
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019, Juan Sarabia)

En frente del parque se ubica un vivero, las plantas están dentro de cajones de unicel y acomodados sobre estructuras de metal, todo está cubierto con pabellones negros y rodeado con mallas de metal. A un costado, se encuentran unas oficinas, en la entrada principal en letras negras se encuentra lo siguiente:  DELEGACIÓN JUAN SARABIA. Las cuales, estuvieron todo el tiempo cerradas, nadie se encuentra proporcionando información y platicando con la población en general, nos explicaron que antes únicamente eran utilizadas para entregar varios apoyos, entre ellos el de prospera; pero actualmente casi no se reúnen para estos servicios, porque la población dejo de recibir varios de ellos, como el de los adultos mayores.
 
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019, Juan Sarabia)
 
Fotografía de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz (2019, Juan Sarabia)
El balneario “El arroyito” está a orillas del Rio Hondo, tiene un restaurante en el que ofrecen a los visitantes comidas y bebidas, también hay palapas en renta, puentes y escalera de madera para que las personas puedan sentarse y meterse a las aguas del rio. Generalmente es en este espacio, en donde se escucha música a volumen alto, a personas comiendo y bebiendo en el restaurante, a niños del poblado pescando y a otros únicamente acostados escuchando a la naturaleza. También a una distancia de 5 metros de la orilla, hay un cerco de alambre que divide un área que es propiedad privada, en la cual se pueden ver palapas y baños. Asimismo, se observan letreros de madera a colores en lo que se lee los siguientes servicios:
·         Tours en lancha
·         Tours en kayak
·         Camping
·         Avistamiento nocturno de cocodrilos
·         Bungalows
También, hay letreros en cartulina, tablas de madera o lonas, en los cuales hacen referencia a evitar tirar o dejar basura y con mensajes para concientizar sobre el cuidado del medio ambiente. Sobre los servicios turísticos, en específico los recorridos en lancha y Kayak, el subdelegado de Juan Sarabia, nos explicó que ya no existen, porque hubo problemas con la persona que ofrecía estos servicios, esto mismo ha originado que el turismo disminuya.

Fotografía de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz (2019, Juan Sarabia)
Fotografía de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz (2019, Juan Sarabia)

En Juan Sarabia, sólo hay una Iglesia Católica “Cruz Misionera de la Fe”, el edificio es de concreto, pintada de color verde agua-marina, con puertas y techo en color blanco. A un costado de la entrada principal, hay una cruz de concreto que tiene grabado los años 2012, 2013 y el nombre de la Iglesia. Esta bardeada con mallas de metal oxidadas y tiene dos columnas de concreto que sostienen una reja de color negro. Por las mañanas se encuentra cerrada, sus actividades generalmente se realizan por las tardes, después de las 4 p.m.
También, ubicamos otros templos de diferentes puntos del pueblo, entre ellos el de los Testigos de Jehová, el cual es de concreto, pintado en color blanco con orillas en rojo, esta resguardado con un cerco de aluminio en color gris. En un cuadrado de color azul, se observan en color blanco los días y horarios de actividades, así como las siguientes letras: JW.ORG
El templo “Be-thel”, en su entrada hay un marco en forma de un arco de color blanco, en el cual en letras blancas se lee: Bienvenidos. Es de concreto en color blanco, tiene a un costado un tinglado de madera pintado de color azul con techo de lámina y un área verde con algunas plantas y sus actividades son por la tarde.
El “Templo red de iglesias cristianas evangélicas del STE y zona del Caribe.  S G A R. 2323/98” también tiene su infraestructura de concreto, es de un solo nivel, en color blanco y con marcos naranjas en puertas y ventanas. El acceso principal es una puerta negra de herrería con alcatraces el mismo material y a un costado un pequeño jardín, se encuentra sobra una calle que es totalmente de terracería y al igual que en los demás templos, sus actividades se llevan a cabo en las tardes.
 
Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019, Juan Sarabia)
Los recorridos que realizamos, nos permitieron identificar que, dentro del pueblo, los habitantes se trasladan principalmente en motocicletas, pero sin la debida protección, no usan cascos. Otro porcentaje, se traslada en camionetas y en la parte de atrás de las mismas, generalmente llevan herramientas de trabajo: palas, picos, carretas y cubetas. Un porcentaje menor, se mueve a pie y generalmente usan gorras o paraguas para protegerse de los rayos del sol.
Algo distintivo de Juan Sarabia, es el alto porcentaje de volquetes, es común ver en la mayoría de los hogares, mínimo uno de estos medios de carga estacionado. En referencia a esto, la población explicó que una actividad laboral primordial del pueblo, es el banco de piedra, la mayoría de los hombres trabajan en él y forman parte del sindicato de “21 Volqueteros”. Es un material con un alto nivel de demanda, porque se requiere para una gran variedad de construcciones en diferentes puntos del Estado de Quintana Roo, al mismo tiempo, es sumamente valorado por la gente, afirman que les ayuda a tener visibilidad, para no quedar totalmente en el olvido, porque son el único pueblo con un banco de piedra. También, es importante mencionar que algunas personas en menor porcentaje, se dedican al chapeo de terrenos, trabajo que consideran sumamente pesado y mal remunerado, pero que lo importante es llevar dinero a la familia.
 
Fotografía de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz (2019, Juan Sarabia)
Dentro de las dinámicas sociales, durante el día se logró ver a grupos de hombres trabajando en la construcción de casas, bardas, cuartos o mejoramiento de estructuras. Durante el recorrido de campo, en la mayoría de las calles de Juan Sarabia estaban realizando el cambio de tuberías, dichas labores eran efectuadas por habitantes del pueblo que fueron contratados; es decir, que no buscaron gente de otros lugares, les dieron prioridad a los locales.
Además, se observó a los caballeros dirigirse a las afuera del pueblo para llegar al “banco de piedra” así le llaman al espacio que ocupan para trabajar la piedra que trabajan para algunas empresas de construcción, el cual se encuentra en las afueras de la comunidad.
Por las mañanas, se observa principalmente a los adultos mayores acostados en hamacas, en los patios de las casas y otros se dedican a cargar madera o coco. Mientras los niños y jóvenes se encuentran en la escuela, las mujeres realizan actividades del hogar: cocinar, limpieza de la casa y el lavando se lleva a cabo generalmente los martes, justamente este día fue cuando se apreció a las mujeres enjuagando ropa y tendiéndola en sogas del patio.
Además, son generalmente los adultos, quienes llevan y van a buscar, a los niños y niñas al kínder y la primaria. Se observó que el horario de clases es de 8 a.m. a 12:00 p.m. para preescolar y a nivel primaria es de 7:00 a.m. a 12:30 p.m. Los adolescentes y jóvenes que asisten a la secundaria y preparatoria, llegan solos, pero al finalizar sus clases se retiran en grupos.
Los únicos espacios en donde existe mayor interacción entre los habitantes de todas las edades, son los templos e iglesias, en particular en las tardes cuando se realizan las actividades de fe. Aparte de esto, no se encontró ningún otro lugar, en las escuelas y tiendas únicamente para lo indispensable. Fuera de ello, las personas permanecen la mayor parte de su tiempo en sus trabajos y en sus casas, siempre con puertas y herrerías cerradas; esto posiblemente se deba a la falta de un DOMO, de lo cual hablaremos más adelante.
Otro elemento característico de Juan Sarabia son sus rancherías, las cuales se ubican al final de la calle Venustiano Carranza, visualmente son fácil de localizar, porque sus cercos abarcan grandes extensiones de tierra, tienen una altura aproximadamente de 1.80 metros y las calles para accesar a esta área son de terracería. En su interior se observa una variedad de árboles ubicados estratégicamente para que los animales descansen y se cubran del sol. Se observó un tinglado de madera con techo de lámina, en donde están los contenedores (piletas) de agua y alimento para el ganado y caballos. También hay maquinaria, en específico tractores agrícolas, una casa de madera y tinacos llenos de agua con los cales abastecen las piletas. El olor a tierra mojada y excremento es penetrante; los animales andan libremente en el interior de las rancherías y siempre hay un vigilante cuidando de todo el lugar.

Fotografía de la Antropóloga Veronica Llerenas Trejo (2019, Juan Sarabia)

 
Fotografía de la Antropóloga Amayrani Jesús Ramírez Muñoz (2019, Juan Sarabia)
Sobre la seguridad, las personas encuestadas y entrevistadas nos explicaron que son muy unidos en ese sentido, se cuidan entre vecinos, si alguien intenta perturbarlos y afectarlos, se unen para sacarlo del pueblo. Aunque no cuentan con policías o algún tipo de personal de vigilancia, en la comunidad no existen robos ni asaltos. Afirman que tienen mucha seguridad y confianza porque todos se conocen; esto lo comprobamos, porque en varias ocasiones nos percatamos que una de las señoras que vende botanas y dulces afuera de la escuela primaria, deja sus cosas y cruza a su casa, no tiene ninguna preocupación porque le roben. Sin embargo, algunos habitantes, expusieron otro punto de vista, al señalar que Juan Sarabia es conflictivo y envidioso, que no existe unión entre pobladores e incluso visualizan a su pueblo como descuidado.
Sobre las autoridades, la población en general coincidió en varios puntos cuando les preguntábamos sobre ellos. Señalaron que el subdelegado y el comisario ejidal nunca están en las oficinas, que siempre se encuentran en sus casas. En el caso del subdelegado, la población no recuerda su nombre, porque es mayormente conocido con el apodo de Coqui. “Don Coqui”, es el encargado de limpiar el Rio Hondo, levanta la basura que dejan los visitantes en el balneario, asimismo, descubrimos que también es el encargado de vender la gasolina a la gente del pueblo. Platicando con él, nos informó que en enero del 2019 fue cuando adquirió el cargo, y en sus planes del próximo año, está el colocar letreros de madera con el nombre de las calles, porque en palabras de él, luego no sabe sobre qué calle se encuentra y darle popularidad a un arroyo con tres ojos de agua, que se encuentra a 600 metros de distancia de la avenida principal, sobre la calle Reforma.
En Juan Sarabia es común ver a hombres conduciendo sus motocicletas y sonando el claxon, en la parte de atrás llevan siempre neveras, en su interior están las tortillas que venden a las personas. Durante las caminatas en todo el pueblo, no encontramos ningún molino o tortillería; posiblemente los repartidores lleguen de alguna comunidad vecina porque en un par de ocasiones los vimos entrar y salir del pueblo.
El acercamiento a la población, permitió conocer las problemáticas actuales, nos informaron que existe mucho favoritismo por parte de las autoridades para otorgar apoyos, es decir, que no llega a toda la población, porque en el caso del comisario ejidal primero ayuda a su familia y después toma en cuenta la situación de las demás personas. Por otro lado, algunos nos aseguraron que los apoyos del gobierno únicamente se los otorgan a los ejidatarios, excluyendo a los repobladores. De igual manera, puntualizaron que existe injustica con el pago del servicio de agua, porque los ejidatarios pagan una tarifa fija de 25 pesos, mientras que el resto de la población paga un mínimo de 130 pesos, aunque no tengan el servicio; han solicitado explicación sobre este pago abusivo, pero no obtiene respuesta.
Con respecto al programa de “Sembrando Vida” también nos señalaron que únicamente llegó para los ejidatarios. En contraste, otras personas nos informaron que ya se encuentran sembrando maíz, por medio de este programa, que el apoyo fue para el que quisiera, en ningún momento fue exclusivo de ejidatarios, por el contrario, no aplicaron distinciones.
Como se mencionó antes, en Juan Sarabia se realizó el cambio de tuberías que tenían una antigüedad mayor a los 50 años. Sin embargo, aunque la mayoría de la población define a esto como algo muy bueno, también nos encontramos con situaciones delicadas de personas quienes manifestaron cierto disgusto, porque las instalaciones de las nuevas tuberías no llegaron a todos los habitantes, hay quienes no cuentan ni con el servicio y se ven en la necesidad de tener siempre almacenada su agua en tambos, incluso tienen que  pagar por algo que no reciben, han hablado con las autoridades y sólo les dicen que están en proceso de examinar la situación, su molestia es tanta, que están contemplando el viajar a la capital del Estado y presentarse en las oficinas de Contraloría para informar sobre lo que está ocurriendo.

Para finalizar, es indispensable destacar que el problema de la basura también se hace presente en esta localidad, es frecuente ver en todas las calles que hay plásticos y papeles, no se encontraron contenedores públicos. Se hallaron una cantidad considerable de botellas de bebidas alcohólicas tiradas por todo el pueblo, desde la cancha de futbol hasta en los alrededores de iglesias, templos y escuelas; incluso se presenció a varios habitantes comprarlas en las tiendas desde las 10:30 de la mañana.

Antrop. Veronica Llerenas Trejo y Antrop. Amayrani Jesús Muñoz Ramirez

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